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FACTORES QUE AFECTAN AL COLOR EN LOS INDIGENAS EUROPEOS
Fran el 23-10-2010, 08:31 (UTC) | | Antes de iniciar la enumeración de estos factores, vamos a intentar dejar claros los conceptos -parecidos, pero distintos-, de los que constituye una ABERRACIÓN y lo que constituye una MUTACIÓN.
En ambas, hay una serie de posibles modificaciones del Fenotipo (color, talla, forma, plumaje, etc.), que en los Indígenas Europeos, se limita prácticamente a modificaciones del color, ya que las de estructura de plumaje (rizos, moños, etc.), aparecidos en otras especies, en estas variedades aún no se han presentado.
Pero mientras en la ABERRACIÓN estas características no afectan al Genotipo, por lo que aparecen exclusivamente sobre el sujeto afectado, sin ser transmisibles a sus descendientes, en la MUTACIÓN resulta también afectado el GENOTIPO, por lo que estas características pueden ser transmitidas a los descendientes a través de cualquiera de los mecanismos de la “transmisión hereditaria” (dominante, recesivo, ligado al sexo, etc.).
Naturalmente, no podremos hablar de “Mutación” hasta haber conseguido la fijación de la característica anómala. Pero tampoco debemos utilizar el término de “Aberración” en conceptos absolutos, mientras no se haya intentado suficientemente el conseguirlo.
Como vamos a centrarnos en las posibles modificaciones de color, analizaremos previamente los factores con que contamos, y que pueden sufrir modificaciones. Naturalmente, estas modificaciones pueden surgir en la “vida salvaje” de las especies, pero la limitación, por una parte de las posibilidades de supervivencia, al alterar las características de adaptación de una especie al medio que la rodea, con lo que provoca una mayor posibilidad de identificación para sus enemigos naturales e incluso al rechazo de sus congéneres y, por otra, la necesidad de apareamientos concretos para conseguirlo, lo que, dejado estrictamente al azar, tiene muy remotas posibilidades, hacen que las auténticas posibilidades de “fijación”, estén en la reproducción en cautividad, bajo el control, la ciencia y la paciencia del hombre.
La composición cromática de los Indígenas Europeos, se centra prácticamente en unos pigmentos lipocrómicos (amarillo, rojo o ausente -es decir, blanco-) y unos pigmentos melánicos la Eumelanina marrón, la Eumelanina negra, que en realidad es una transformación por acción enzimática de la anterior y otra melanina marrón -la Phaeomelanina-. Añadamos la posibilidad de una melanina roja -la Eritromelanina-, y el efecto de la refracción de la luz, lo que denominamos “color azul”, que en el caso de su incidencia sobre el lipocromo amarillo, nos dará la mezcla de ambos, es decir, el Verde y las posibles combinaciones entre sí de ambas series de pigmentos.
Las posibles modificaciones de los distintos lipocromos, dejando aparte las eventuales, dependientes de factores externos (por ejemplo, la disminución de la intensidad del color rojo en ausencia de la ingestión de aquellos alimentos que contienen los pigmentos metabolizables), pueden ser de tres tipos:
1.- Modificaciones aparentes de la intensidad del tono del lipocromo, lo que constituye la característica del “factor intenso” y “factor nevado”. En realidad, pienso que se trata de un factor derivado de la forma de la pluma. La cantidad de pigmento es la misma, pero al compactarse la pluma, el pigmento queda localizado sobre una menor superficie -factor intenso-, por lo que resalta con mayor brillantez, mientras que si la pluma aumenta de superficie al compactarse menos, resulta un tono más apagado -factor nevado- al distribuirse la misma cantidad de pigmento sobre una mayor superficie.
2.- Una auténtica dilución del lipocromo, habitualmente acompañada del mismo fenómeno en los pigmentos melánicos, formando parte del “factor pastel”.
3.- Una “suavización” del aspecto del lipocromo, derivada de una modificación de la estructura de la pluma -el factor “Marfil”-. Ligado al sexo.
En cuanto a las modificaciones de los pigmentos melánicos, pueden producirse en distintos aspectos, afectando al Color, a la intensidad de éste, a la localización, desaparición, etc. Enumeremos los diversos “Factores”, que, lógicamente, pueden asociarse entre sí.
1.- Factor Bruno. Falla el “mecanismo enzimático” que convierte la eumelanina bruna en negra. Queda, por tanto, un color melánico marrón. La feomelanina está presente. Factor “ligado al sexo”.
2.- Factor Ágata. Se produce una dilución general de la eumelanina negra, así como una reducción de la bruna y de la feomelanina. Aclara el tono general y lo tiende al gris. Factor “ligado al sexo”.
3.- Factor Isabel. Es la suma de los dos anteriores. Por una parte, la eumelanina permanece como marrón. Por otra parte, se suma la dilución del “Factor Ágata” resultando, por tanto, un color marrón diluido. Diremos que el factor Isabel se caracteriza por la ausencia de la melanina negra y reducción de la feomelanina. “Ligado al sexo”.
4.- Factor Pastel. Es una dilución general de todos los pigmentos, tanto lipocrómicos como melánicos, que quedan “atenuados”. Podemos decir que hay una reducción de la feomelanina, dispersión de la eumelanina marrón y ligera dilución de la eumelanina negra. “Ligado al sexo”.
5.- Factor Opal. Elimina la eumelanina bruna y la phaeomelanina, persistiendo la eumelanina negra. Modifica la estructura de la pluma. “Recesivo”.
6.- Factor Rubino. Elimina la totalidad de la eumelanina, tanto marrón como la negra, incluso en el ojo, que , por tansparencia de los vasos sanguíneos, aparece como rojo. Se conserva la phaeomelanina, existiendo una modificación en la repartición de la misma. Debe dársele el nombre de “factor Phaeo”-. “Recesivo”.
7.- Factor Satiné. Conserva la eumelanina marrón, mientras no aparece la negra ni la phaeomelanina. Al quedar eliminada la eumelanina negra, también el ojo es rojo por transparencia. “Ligado al sexo”.
8.- Factor Topacio. Presentan una fuerte reducción de feomelanina, la cual se localiza a diferencia de los tipos clásicos en el centro de la pluma, dando lugar a unos márgenes claros. La eumelanina negra sólo está presente en el subplumaje. Ojos coloreados. Presenta diseño estriado de color marrón oscuro debido a la modificación de la producción y concentración de la melanina. De carácter recesivo.
9.-Factor Eumo. Este factor impide la aparición de la feomelanina, aunque en algunos ejemplares pueden quedar restos. Presentan un diseño estriado, con una interestría muy clara, con el lipocromo de fondo muy luminoso y los ojos rojos. Respeta la eumelanina negra y la marrón. De carácter recesivo.
10.- Factor Onix. Carácter que aumenta la cantidad de eumelanina negra e inhibe la aparición de la feomelanina. Factor aún no reconocido a nivel mundial. De herencia recesiva.
11.- Factor Amelánico. Desaparición de los pigmentos melánicos, por lo que sólo queda la aparición lipocroma:
11.1.- Blanco: Ausencia de pigmentos en el plumaje.
11.2.- Amarillo: Ausencia de pigmentos melánicos. Presencia de xantofila (pigmento
colorante amarillo).
11.3.- Rojo: Presencia de caroteno y de xantofila. Ausencia de pigmentos melánicos.
12.- Factor Amelánico parcial. La desaparición melánica se produce sólo parcialmente en zonas más o menos concretas, extensas o simétricas, conservándose en las restantes. Hay una ausencia parcial e irregular de pigmentos melánicos. Se conoce por “factor Pío” o “factor Panaché”.
13.- Factor Ino. Cuando la dilución melánica llega al extremo. Al afectar también al iris, provoca la aparición del ojo rojo por transparencia. Recesivo.
14.- Factor Lutino. Ausencia de pigmentos melánicos. Presencia de xantofila. Ojos rojos.
15.- Factor Marfil. Reducción de los pigmentos lipocrómicos. Ligado al sexo.
16.- Factor Mosaico. Localización de pigmentos lipocrómicos en las zonas de elección del plumaje: máscara, pecho, cejas, hombros y rabadilla. Recesivo e influenciado por el sexo.
17.- Factor Azul. Ausencia de pigmentos lipocrómicos. Factor óptico. Potenciación de la luminosidad del lipocromo de fondo. Factor de refracción. Recesivo.
18.- Factor Albino. Ausencia de pigmentos en el plumaje, en la piel y en los ojos. Recesivo.
19.- Factor Plata. Reducción importante de pigmentos melánicos.
20.- Factor Crema. Ausencia de eumelanina, reducción de la feomelanina.
21.- Factor Perlado. Modificación de la distribución de pigmentos melánicos. Recesivo.
22.- Factor Hipermelánico. Afecta a la extensión sobre la superficie corporal o intensifica el tono en las zonas habituales.
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EL PINZON VULGAR
Fran el 21-10-2010, 11:57 (UTC) | |
Fringilla coelebs
Al comienzo de la primavera el macho de Pinzón Vulgar Fringilla coelebs, es un pájaro con el plumaje muy llamativo. La frente es negra, el píleo, la nuca y parte de los hombros tienen color gris azulado; la espalda es pardo rojiza y el obispillo verde oliváceo. Los carrillos, la garganta y el resto de las partes inferiores poseen un tono pardo rosado brillante. La cola tiene la pareja central de rectrices gris pizarra y el resto de ellas son negras con bordes blancos, muy notorios en las exteriores. Las plumas de las alas son pardo negruzcas con bordes verde amarillentos. Una banda blanca es muy visible y junto con el gran parche, también blanco, de los hombros, son rasgos ambos inconfundibles a la, hora de identificar a este pájaro. El pico es azul plomizo con el extremo más oscuro y blancuzca la mandíbula inferior. Los tarsos y los pies son pardos y el iris de los ojos del mismo color.
El plumaje de la hembra es mucho más apagado. La cabeza y las partes superiores son pardo amarillentas, más oscuras o grisáceas en el centro del píleo. La espalda y el obispillo son verde amarillentos. Las partes inferiores tienen un tinte gris pardusco en el cuello. Las bandas blancas de las alas y hombros (cobertoras) no son tan nítidas como en el macho. El pico es pardo, más pálido debajo. Muchas al comienzo de la primavera tienen la cabeza ligeramente gris pizarra, color que se extiende hasta la nuca. Los jóvenes se parecen mucho a las hembras, pero hay en la nuca una mancha blanquecina. Los machos ya se diferencian de las hembras por tener la espalda teñida de castaño rojizo y el pecho menos pardo amarillento y más beige.
Prácticamente no falta en ninguna parte donde exista aunque sea un árbol aislado, pero la campiña abierta con árboles dispersos, bosques de especies caducifolias y perennes, parques y jardines, plantaciones de árboles frutales y zonas de monte bajo con grandes arbustos, son el hábitat favorito del Pinzón Vulgar durante la reproducción. Fuera de ella, a partir del mes de agosto, frecuenta también campo abierto, prados, rastrojeras, caminos, calles de pueblos y ciudades, muelles en los puertos de mar, pistas, etc.
Por el suelo camina con pasos cortos y rápidos, a menudo ligeramente agachado; sobre todo se observa esto en las hembras, que flexionan más las patas. También a saltos y a menudo volando en corto para cambiar de posadero. Es pájaro muy arbóreo durante la reproducción, pero más aficionado a posarse en el suelo en otoño e invierno, en especial las hembras. Para cantar los machos se posan en las ramas más altas. Tienen las parejas tendencia a frecuentar lugares habitados, proximidades de casas de campo, alquerías, zonas donde se acumula el estiércol, alrededores de graneros, silos, tolvas de descarga de cereales y también cerca de pajares y almacenes de hierba seca. Al volar lo hacen con marcadas ondulaciones, pero potentemente. En vuelo de migración son incansables y en un día pueden recorrer grandes distancias. Incluso cansados, son capaces de volar contra el viento, resguardándose de él con las irregularidades del terreno y la vegetación. Muchas parejas permanecen unidas y no abandonan su lugar de nacimiento o de cría, pero otros pinzones se agrupan y vagan por los campos formando bandos numerosos. Realmente se puede decir que fuera de la época de cría es un pájaro gregario que no tiene inconveniente en buscar la compañía de otros fringílidos, gorriones y escribanos. Generalmente se ven grupos de machos juntos, y por separado las hembras. Esto se acusa mucho más durante la migración. Los bandos o flujos migratorios son siempre de un solo sexo. Rara vez se ve entre los machos alguna hembra o un pequeño grupo de ellas. Lo inverso también es cierto. Cuando en Guipúzcoa y, en general, en todo el País Vasco se observa el paso de pinzones en el mes de marzo, el hecho es muy notorio y solamente durante 2-5 días ambos sexos se juntan en migración. La abundancia de pinzones en todo el continente europeo es muy grande, por lo que sus costumbres son bien conocidas y en algunos lugares las parejas muestran cierta mansedumbre, que queda en cierto modo desmentida cuando se coge este pájaro en la mano.
La llamada usual del Pinzón Vulgar es un fuerte y metálico ¡¡chink-chink, chink!! que repite insistentemente si está alarmado o muy espaciadas las notas si el macho llama a la hembra. Este sonido recuerda a otro similar emitido por el Carbonero Común, Parus major. En vuelo invariablemente lanzan macho y hembra un débil, pero bien audible ¡¡tsip, tsip...!! En febrero los machos emiten repetidamente un agudo y fuerte ¡¡chuit!! o también ¡¡uit!! en cierto modo sibilante.
El canto típico tiene variaciones individuales y regionales, pero esencialmente está formado por dos o tres notas repetidas durante 2-3 segundos y terminadas en un más breve floreo que se eleva de tono al final. No excesivamente musical, sí resulta muy monótono cuando se le escucha por mucho tiempo. Los machos cantan desde un alto posadero con extraordinario vigor y, en buenas condiciones acústicas, se oyen con facilidad desde 400 metros y a veces más. Machos con gran celo repiten su estrofa hasta nueve veces por minuto, pero generalmente no más de seis veces. Las hembras cantan en tono bajo, ocasionalmente, una corta retahíla que quiere recordar la misma del macho. Los machos pueden cantar casi todo el año. La mayor intensidad se produce entre febrero y los primeros días de julio. Mayo registra el mayor vigor y después del silencio de julio y agosto, hay una ligera reactivación en septiembre y primeros días de octubre. Canta normalmente desde un posadero alto, pero también posado en la rama baja de un árbol, sobre el tope de un arbusto y también, no rara vez, desde el suelo de una carretera.
La dieta alimenticia es muy variada. Fuera de la época de la reproducción, las semillas de plantas gramíneas son fundamentales. Newton (1972) estima que, una con otra región, más de 100 especies de semillas diferentes se han advertido en su comida. Le atraen especialmente las semillas de los hayucos, pero como estos frutos del Haya, Fagus sylvatica, no son constantes en su desarrollo y hay años en que apenas se producen, los pinzones buscan alimento en cualquier parte, sobre todo en tierras cultivadas, rastrojeras y prados. Igualmente en el suelo de los bosques de especies caducifolias. Los granos de los cereales les atraen con fuerza y los pájaros se congregan en las proximidades de silos, muelles, cintas transportadoras, máquinas cosechadoras, etc. Sin embargo, la mayor parte de la alimentación está basada en semillas silvestres. Plantas tan abundantes en los campos como Sinapis, Brassica, Chenopodium, Polygonum, Stellaria, Cerastium, etc., son fundamentales en la dieta invernal y otoñal del pinzón. Muchas de estas semillas que caen de las plantas no son visibles para el ojo humano y, como gran parte de ellas no germinan, quedan en el suelo formando un tapizado que puede durar años y constituir una reserva estimada en varios centenares de millones por hectárea. Al arar la tierra muchas quedan al descubierto. Es así que no son solamente los insectos los que atraen bandadas de pájaros a las tierras preparadas para el cultivo. Collinge estima en un 75 por 100 del total la alimentación de origen vegetal y el 25 por 100 restante a base de insectos comidos, sobre todo durante la primavera. Come asimismo huevos de caracoles, arañas, lombrices de tierra, y en las pomaradas se ven pinzones picotear las manzanas caídas en el suelo.
La reproducción comienza a finales de abril. Pero los pinzones viejos que han criado por lo menos un año, ya están en su territorio en enero. Los machos que crían por primera vez no suelen llegar hasta febrero e incluso algunos después. Regularmente un macho joven se establece en un territorio vacío un mínimo de ocho a quince días más tarde que uno viejo del territorio vecino. Al principio se mueve inquieto por entre las ramas de los árboles lanzando su típico ¡¡chink, chink!! y alterna períodos en que se le escucha una especie de seudocanto en tono muy bajo, con frecuentes estancias en el suelo del campo o camino próximos para comer.
El Pinzón Vulgar es un pájaro eminentemente territorial y fiel a su lugar de nacimiento. Con el anillamiento he comprobado que las parejas que pasan el otoño e invierno vagando por los campos, regresan en enero y febrero y ocupan su vieja parcela. Los machos son muy agresivos y defienden el territorio persiguiendo encarnizadamente a los intrusos o a los vecinos que se acercan demasiado. Los primeros días se hacen notorios solamente por la mañana, pero conforme el mes de abril se aproxima ya no se mueven del lugar. Las hembras viejas (que criaron por lo menos una vez) arriban en marzo y a veces antes, pero las jóvenes que son atraídas por el fuerte canto de los machos noveles, no aparecen y se emparejan hasta abril y aún después. Las parejas permanecen juntas normalmente hasta seis semanas antes de comenzar la nidificación. Durante este tiempo los cortejos del macho a la hembra pasan de una gran actividad, hasta quedar completamente oscurecidos por la general agresividad que se observa entre ambos miembros de la pareja, quizá mayor por parte de la hembra, que no permite que el macho se acerque. A menudo, sin embargo, comen juntos en el suelo. Newton (1972), Hinde (1955-56) y otros ornitólogos han descrito estas situaciones con gran lujo de detalles e interpretaciones. El macho que ocupa un territorio y ya está emparejado, no lo abandona si la hembra perece. Una de éstas, de dos años, que murió atropellada por un automóvil en la carretera que cruzaba el territorio, estaba anillada, lo mismo que el macho. El hecho permitió comprobar que éste último no abandonó la zona y se emparejó quince días más tarde con otra hembra no anillada y de un año de edad.
La hembra construye sola el nido. Tarda normalmente entre tres y dieciocho días en hacerlo y en ello influye mucho la lluvia y la edad del pájaro. Las jóvenes tardan más y un promedio puede estar en siete días. Los nidos observados estaban hechos con musgo fundamentalmente, hierba seca y alguna otra materia vegetal, unido todo con telarañas y decorado exteriormente con líquenes y trozos de corteza. El interior está forrado con pelos y alguna pluma, muy pocas. Son colocados casi siempre en árboles, a altura variable, pero tendiendo a ramas elevadas de árboles frutales o de adorno. A menudo a gran altura. Los primeros están ya totalmente construidos en la última semana de abril, pero más corrientemente en los primeros diez días de mayo y aún después. Los anteriores a estas fechas son ocasionales y coinciden invariablemente con unas condiciones meteorológicas muy buenas. La puesta normal es de 4-5 huevos y hay algunas de 6 y 7, pero muy raras. Su cáscara es lisa y brillante y tiene color azul pálido, variablemente teñidos de rosa y rayados o manchados con puntos pardo rojizos, o pardo violáceos, teniendo las manchas un cerco más claro rosado. Otros tienen rayas y dibujos negruzcos. Algunos casi carecen de punteado. Jourdain, para 100 colectados en Gran Bretaña, obtuvo un promedio de 19,86 x 14,59 mm., con un máximo de 22,9 x 14,5 mm. y un mínimo de 17,1 x 13,7 mm. D'Almeida, para 11 del norte de Portugal, da una media de 19,2 x 14 mm., con extremos de 18 a 20,9 x 13,7 a 14,5 mm. Solamente la hembra incuba y lo hace durante 11-13 días, empezando con la puesta del penúltimo huevo. Los pollos al nacer tienen plumón gris pálido, largo y abundante. El interior de la boca es rojo carmín, con el paladar anaranjado. No hay puntos oscuros en la lengua; las comisuras son blancas. Ambos adultos los alimentan con orugas pequeñas casi siempre y a los 13 o 14 días dejan el nido (11-18 días Newton). Todavía son colicortos e incapaces de volar. Por lo menos durante otros 15-20 días continúan siendo atendidos por los padres. No pocas parejas hacen dos crías en cada temporada.
El Pinzón Vulgar es el fringílido más abundante en Europa. Su área de reproducción se extiende por todo el Continente, excepto en el extremo norte de Escandinavia e Islandia. Prácticamente no falta en ninguna parte donde exista aunque sea un árbol aislado, pero la mayor densidad es alcanzada en los bosques no muy densos de especies caducifolias. En hábitats favorables el número de parejas permanece corrientemente estable y es en otros lugares menos favorecidos donde se aprecia una marcada oscilación de un año a otro. En la Península Ibérica, con ser abundante, no alcanza las grandes densidades que tiene en centroeuropa. En estudios y censos de parejas realizados en Holanda se obtuvo un número de 66-87 parejas criando en un área de un kilómetro cuadrado. Mayores densidades se calcularon para Fenoescandia, donde oscilaban entre 49-145 parejas para un kilómetro cuadrado de bosque caducifolio, 20-102 en abetales y 12-29 en pinares. El tipo de alimentación del Pinzón Vulgar, a base de semillas, lo hace muy vulnerable a los plaguicidas. Los frecuentes tratamientos para combatir insectos y sobre todo plantas parásitas con herbicidas altamente venenosos, no hay duda que influirán grandemente en las poblaciones de este pájaro.
Una parte de la población europea inverna más al Sur de su área de reproducción. Iberia es receptiva de millones de pinzones que comienzan a llegar en los últimos días de septiembre. El paso es algunos días espectacular en el extremo occidental de los Pirineos. Las rutas de entrada difieren algo de las de salida en primavera, pero solamente están separadas entre sí por varios centenares de metros. Todos nuestros campos se llenan de pinzones europeos, entre los que, sin duda, habrá muchos de los nativos que temporalmente, de octubre a enero-febrero, desaparecen de su territorio habitual de cría. Es indudable que existe cierto erratismo o, digamos mejor, una trashumancia invernal, que lleva por lo menos a las poblaciones del norte de Iberia hacia zonas situadas más al Sur. El anillamiento puede revelar algo a este respecto. El movimiento primaveral de los pinzones europeos y no pocos nativos comienza a sentirse en la última semana de diciembre en una amplia franja que alcanza desde las provincias andaluzas de Cádiz y Huelva hasta Galicia y Asturias. Parece haber cierta tendencia a concentrarse mayoritariamente en campos costeros. En febrero la densidad en el noroeste ibérico es muy grande, y se aprecia bien por encima de una línea ideal que va desde Navarra a Badajoz. El paso en el mes de marzo por el País Vasco (Noval, 1967), primero los machos y después las hembras, éstas en la última decena del mes, constituye en algunos puntos de la región un maravilloso espectáculo.
Con tiempos fríos y lluviosos en el mes de octubre, si siguen a ellos días más templados, es frecuente ver en Cabo Higuer (Fuenterrabía, Guipúzcoa) un gran contrapaso en dirección a Francia. Con tiempos duros del Norte, la entrada de pinzones procedentes de los campos franceses y probablemente ingleses y alemanes, es muy grande, pero una vez pasadas las circunstancias que obligaron a su desplazamiento al Sur, regresan inmediatamente hacia el Norte. También en Levante y Baleares hay numerosos invernantes. En las islas solamente se reproduce en Mallorca y Menorca y no hay evidencia de que la población local emigre en el otoño.
A partir de la segunda mitad de septiembre ya se ven agrupados en los campos andaluces. García Rúa (1975) observa pinzones a finales de septiembre cerca del Estrecho de Gibraltar y los bandos son numerosos en las proximidades de la playa de Tarifa en el mes de octubre. Thiollay y Perthuis (1975) recuentan en los primeros veinte días de octubre, desde dos puestos de observación, más de un millar volando hacia el Norte de Africa, donde es invernante numeroso, pero no proporciona una llegada otoñal espectacular y como los demás fringílidos únicamente en días de fuerte viento se acusa más su presencia (Pireau y Giraud-Audine, 1976).
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EL PARDILLO COMUN
Fran el 19-10-2010, 18:19 (UTC) | |
La apariencia del Pardillo Común, Carduelis cannabina, es la de un pájaro con el plumaje pardo acastañado, si lo observamos de lejos. De cerca se aprecian bien en el macho el castaño vivo de la espalda, la cabeza grisácea, las rectrices exteriores de la cola blancas y, sobre todo, muy acentuado en la primavera y en el final del invierno, el color rojo sangre o escarlata de parte de la frente y del píleo y en el pecho. Las alas y la cola son marrones o pardo negruzcas. Las plumas primarias tienen bordes blancos que destacan mucho sobre el general fondo oscuro. El mentón y la garganta son beiges con rayas oscuras, casi negras. Los flancos tienen un matiz beige vivo, sobre el que se ve bien un rayado de color castaño. Las variaciones individuales son considerables, y el desgaste del plumaje puede cambiar los tonos de la coloración. A menudo algunos poseen la garganta casi blanca, y al volar su apariencia es la de un pájaro claro. Los bandos en vuelo alto dan la sensación de estar formados por pájaros con el plumaje en cierto modo blanco plateado. Algunos nos sorprenden por poseer en la cabeza (frente y píleo) y en el pecho un color dorado rojizo. Sin duda, alguna carencia de la dieta alimenticia tiene la culpa de este extraño colorido, puesto que no pocos pardillos que mudan en cautividad pierden el rojo y después de la muda completa de agosto-octubre aparece en su lugar un tono beige dorado.
Las hembras poseen un plumaje más apagado. Falta el color castaño vivo de la espalda y plumas cobertoras de las alas y el rojo de la cabeza y el pecho, siendo este último muy rayado de pardo.
Los jóvenes pardillos se parecen a las hembras adultas en el invierno. Son menos rayados y en las partes inferiores más pálidos y con líneas más finas y menos marcadas. Pronto se distinguen los machos de las hembras, porque aquéllos son notoriamente más castaños en el dorso. En general, el plumaje otoñal de los machos es poco destacado y el rojo de la cabeza y el pecho está a menudo cubierto parcialmente por el beige o gris de las plumas. En todos, adultos y jóvenes, la cola es muy ahorquillada y larga. El pico, corto y cónico, pardo oscuro, con la base de la mandíbula inferior grisácea. Los tarsos y los pies son pardo oscuros, y el iris de los ojos muy oscuro, pardo negruzco.
El Pardillo Común es habitual en campo abierto, laderas de monte bajo, tojares sobre todo, terrenos que han sido cultivados y están abandonados o en reposo estacional, plantaciones y viveros de árboles, eriales, zonas de rala vegetación a alto nivel con arbustos dispersos, montañas, etc. Normalmente rehuye el arbolado denso y muy rara vez se le puede observar cerca de sotobosques, pinares, árboles caducifolios, etc. . Sin embargo, en campiña abierta utiliza con frecuencia árboles dispersos o secos como posadero, y a ellos pueden tener extraordinaria querencia los bandos y grupos de parejas que crían en la zona. En el invierno los bandos vagan por campos costeros, rastrojeras, marismas y terrenos agrícolas, aunque sean pequeñas huertas, viéndoseles entonces cerca de casas de campo y granjas. No son, sin embargo, tan dados a acercarse a las viviendas humanas, y las aldeas y pueblos son sobrevolados sin que jardines y parques les atraigan más que como posadero ocasional. No obstante, es pájaro común a partir del otoño en riberas y campos de las afueras de las ciudades.
Es una de las especies más abundantes de nuestra campiña que ha pasado por numerosas vicisitudes. Desde una casi completa desaparición en toda la zona Cantábrica en los años comprendidos entre 1912 y 1940, hasta un resurgimiento que se hace ahora muy notorio, puesto que las pequeñas colonias de cría proliferan en todas las laderas montañosas.
En el suelo se comporta como los demás fringílidos. Salta al caminar y se agacha más aún al comer, pero también si intuye algún peligro se yergue inmóvil dispuesto al vuelo. Es más tímido y no permite el acercamiento, a no ser durante la época de la reproducción. Mucho más gregario, no solamente las parejas viven agrupadas en el otoño e invierno, sino que durante la primavera varias de ellas anidan muy juntas, formando auténticas colonias de envergadura variable que pueden ir desde 2-3 parejas hasta 50 o más. Se posan al descubierto en árboles aislados, pero prefieren arbustos bajos y sobre todo alambradas de cercas. Su vuelo resulta inconfundible, rápido y ondulado, pero no realmente directo. Si levantamos un bando que come en un campo, a menudo gira sobre nuestras cabezas o simplemente se eleva unos metros sobre el suelo y se posa un poco más lejos, bien en el suelo o en arbustos, donde permanecen inmóviles observando al intruso hasta que éste se aleja. Entonces no todos a la vez, sino uno a uno, van descendiendo nuevamente hasta el campo o el rastrojo. No es raro verlos en compañía de otros fringílidos y emberícidos, pero los grandes bandos están casi siempre formados por pardillos solamente.
Al volar, el Pardillo Común lanza una nota muy característica e inconfundible, que tiene quizá un sonido metálico: ¡quit-quit-quit...! Al posarse y notar peligro para su nido emite un lastimero ¡tsuiit! El canto es uno de los más ricos en notas y agradables que un pájaro nos puede deparar. Su musicalidad es tan grande que las notas aflautadas, combinadas con otras que parecen más bien interpretadas con un instrumento de cuerda, no pueden ser aquí descritas, ni siquiera en forma aproximada. Normalmente canta bien al descubierto, con preferencia sobre la rama alta de un arbusto no muy crecido, pero también lo hace en una lateral. Varios machos pueden formar un coro cerca de la colonia o bien al final del invierno, cuando ya muchos presentan evidentes señales de celo. En vuelo canta también y lo hace sostenidamente. No tiene un gran poder de transmisión, pero en la campiña silenciosa la limpieza de sus notas suple cualquier debilidad en la propagación. Alguna vez canta desde el suelo. Lo hace durante todo el año, pero con verdadera fuerza e insistencia a partir de la segunda semana de marzo hasta finales de julio. Hay períodos en plena primavera en que el canto sufre un cierto desvanecimiento. En el verano, desde agosto hasta octubre, el canto es más esporádico, y durante el invierno, desde noviembre a primeros de enero, la mayoría de los machos se mantienen silenciosos y sólo emiten al volar su típica llamada.
Más que ningún otro fringílido, el Pardillo Común es muy dependiente de la abundancia o escasez de semillas de plantas parásitas y gramíneas que crecen en los campos y rastrojos. Aunque el nombre latino indica claramente que esta especie está ligada al Cáñamo, Cannabis, la realidad es que en Europa pocas oportunidades tiene de comer las semillas de esta planta. De acuerdo con Newton (1972), las semillas de las plantas de las familias Cruciferae, Polygonaceae, Chenopodiaceae y Compositae, son las favoritas. No puede hacerse aquí una valoración exacta de lo fundamental en la dieta, porque hay que tener en cuenta el especial biotopo de cada población de pardillos. Stellaria, Poa, Taraxacum, Rumex, Ranunculus, Sinapis, Carduus, Cirsium, Polygonum, Chenopodium, Artemisia, etc., están entre las plantas que proporcionan la mayor parte de las semillas que comen los pardillos. Unas directamente de la planta, encaramándose en ella, como sucede con los cardos, y otras en el suelo, donde van formando una capa que no es precisamente muy visible a los ojos humanos, pero sí a los de estos pájaros, que en todos los campos encuentran siempre algo que comer. Adicionalmente también comen insectos, pero sobre todo sus larvas, y con ellas alimentan en los primeros días a los pollos. No es muy aficionado a comer, sin embargo, frutos de arbustos y árboles, ni siquiera los brotes de éstos.
No es muy espectacular la demostración que los machos efectúan ante las hembras en la época del celo. Normalmente levantan las rojas plumas del píleo a la vez que dejan colgando las alas ligeramente abiertas y la cola bien desplegada, de manera que queden bien patentes las manchas blancas de las rectrices exteriores. Juntamente con esta demostración, los machos cantan intensamente. Su voz se oye también en vuelo cuando descienden desde una altura normalmente no superior a 10 metros, manteniendo las alas rígidas hasta posarse en un arbusto bajo.
El Pardillo Común es un reproductor que madruga mucho en sus manifestaciones de celo. Algunos ya en febrero se separan de los bandos y se establecen en su territorio habitual. Si ya han criado el año anterior, vuelven al mismo lugar. Las parejas jóvenes no se alejan mucho de la zona donde nacieron, y algún joven emparejado con un adulto del año anterior puede criar exactamente en el mismo lugar donde nació. La construcción de los nidos empieza casi siempre en la primera o segunda semana de abril, pero ocasionalmente se ven nidos terminados en los últimos días de marzo. La temporada de cría puede decirse, sin embargo, que no comienza con intensidad para esta especie hasta la mitad de abril, y en la primera semana de mayo todas las parejas están comprometidas incubando o terminando el nido. Este, situado en general a baja altura, está normalmente no más alto de un metro, casi siempre a 30-60 cm. y ocasionalmente en el mismo suelo entre matas de hierba. Cualquier arbusto es bueno para anidar este pájaro, pero prefiere el Tojo Ulex donde lo hay y también el Brezo Calluna vulgaris. Generalmente forma pequeñas colonias de 4-12 parejas y ocasionalmente más. Nidos en taludes bajos se encuentran algunas veces, y hay parejas especializadas en anidar siempre de esta forma. El nido es construido exclusivamente por la hembra, utilizando tallos secos, musgo y hierba. El interior está forrado con pelo y lana, ésta a menudo suelta; también hay plumón y alguna pluma. La puesta normal es de cuatro-seis huevos, pocas veces siete y habitualmente cuatro o cinco. Su color es azul pálido o blanquecino con ligero tinte azulado, manchados con puntos y rayas de tono violeta rojizo, rosáceo, a menudo agrupados en el extremo más ancho. Algunos tienen manchitas moradas casi negras. Otros pueden ser solamente blancos o azules y sin marcas o éstas muy imperceptibles. Jourdain, para 100 huevos colectados en Gran Bretaña, obtuvo un promedio de medidas de 18,04 x 13,31 mm., con un máximo de 19,8 x 13,6 mm. y un mínimo de 17,5 x 12 mm. D'Almeida, en 35 recogidos en el norte de Portugal, encontró una media de 17,2 x 12,9 mm., con extremos de 15,6 a 18,7 x 12 a 13,5 mm. La puesta es efectuada con intervalos de veinticuatro horas y la hembra comienza la incubación a partir del tercero. El macho acude a veces al nido, pero no colabora en la incubación. A los once-doce días (diez-doce, Jourdain; diez-catorce, Harrison; once-doce, Newton) nacen los pollos cubiertos de plumón bastante largo y denso de color gris humo. El interior de la boca es rosa, no hay manchas oscuras en la lengua y las comisuras son rosa pálido. Durante cinco-siete días la hembra se sienta en el nido para cubrir a los pollos y los cuatro primeros días apenas los ceba, corriendo a cargo del macho la aportación de alimento. Desde el quinto día ceban ambos y, como sucede con otros muchos fringílidos, es frecuente que ambos adultos acudan a cebar juntos. Permanecen en el nido once-trece días (once-doce, Newton). Dos crías son normales en cada estación y no infrecuentes tres. En condiciones favorables pueden encontrarse nidos de pardillos hasta los primeros días de septiembre.
Carduelis cannabina es especie abundante en Europa a todos los niveles, desde playas y dunas costeras hasta el límite de la vegetación a alturas que superan los 2.500 metros. Falta en la mitad septentrional de Escandinavia y en Islandia. En la Península Ibérica abunda en todas las regiones y superada una baja densidad, cuyas causas no se conocen, es ahora uno de los pájaros más comunes en todo el norte ibérico. En Europa, Vaurie (1959) admite una variación clinal en la coloración del plumaje y en el tamaño que va desde el Norte al Sur. Las variaciones son muy ligeras y no muy constantes. Los pardillos del área mediterránea son de tamaño menor y ligeramente más pálidos. A la vez hay considerable variación individual dentro de la población ibérica en la superficie ocupada por el color rojo de la cabeza y el pecho de los machos.
El Pardillo Común es sedentario, aunque sometido a movimientos de otoño e invierno en partes de su área europea de reproducción. Generalmente los adultos que ya han criado se mueven menos y su erratismo suele ser de corto radio. En los jóvenes hay ya una franca trashumancia a partir de agosto y una gran parte emigra hacia el Sur, recorriendo grandes distancias dentro del Continente europeo. Desde Escandinavia inician los bandos una franca dirección hacia el Oeste y Sudoeste, que sigue las costas del Mar del Norte y del Canal de la Mancha y penetrando en Francia atraviesan su mitad occidental, llegando a Iberia y el norte de Africa. En esta corriente o flujo de migrantes hay pardillos belgas, ingleses, escoceses, alemanes, etc., como se comprueba con la gran cantidad de recuperaciones de anillados en casi todo el ámbito nacional. Al ser un pájaro muy capturado para enjaular, sus movimientos migratorios se han estudiado bien. El paso por las Landas francesas, Navarra y el País Vasco es acusado anualmente, sobre todo en pleno día. El paso otoñal es fuerte a partir de finales de agosto, pero con especial intensidad desde los primeros días de octubre hasta últimos de noviembre. En primavera se aprecia bien desde el 10-15 de marzo y durante todo el mes de abril e incluso en algunos días de mayo. Los pardillos vuelan en grupos de 5-50 individuos, aunque hay a menudo bandadas muy numerosas. Newton (1972) considera que este pájaro es caprichoso en sus migraciones. Pardillos ingleses, que un invierno permanecen en su zona de reproducción, pueden emigrar al año siguiente y viceversa. Otros se alejan de la ruta principal y alcanzan zonas alejadas como Asturias, Galicia, norte de Portugal, norte de Italia y Cerdeña. En las costas cantábricas existe un considerable movimiento por campos y playas del litoral, aunque no hay evidencia de que la mayoría no sean nativos. Estos efectúan desplazamientos hacia el Sur, pero, sin duda, no todos. Uno, anillado en Santa Colomba (León) el 15 de mayo como adulto macho, fue capturado en otoño en Benamejí (Córdoba), a 600 km. al Sursudeste. Otro, marcado en julio en Soria, fue encontrado en diciembre siguiente en Alhama (Granada), a 550 km. al Sur. En Melilla fue recuperado en octubre un Pardillo anillado en Castillejos de Iniesta (Cuenca) dos meses antes. Esta travesía del Mediterráneo pudiera corresponder a un pájaro nativo en Iberia. Muchos de los que llegan al norte de Marruecos, donde Pineau y Giraud-Audine (1976) observan bandos mixtos con jilgueros de 4-5.000 individuos, son pardillos de origen europeo y entre ellos no pocos ibéricos. A través del estrecho de Gibraltar su paso es muy notable. Thiollay y Perthuis (1975), en veinte días de octubre, observan el paso de 10.949, con mayor intensidad desde el 13 al 20, fechas en las que pasaron la mayoría de los contados desde únicamente dos puntos cerca de la costa española (Sierra del Algarrobo, Algeciras y Cerro de Cazalla, Tarifa). En toda Iberia es uno de los pájaros más abundantes desde octubre a marzo. En Baleares, además de una importante población nativa que cría en todas las islas, hay gran cantidad de invernantes procedentes de Centroeuropa, como se ha comprobado con las recuperaciones de anillados.
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EL CANTO DEL JILGUERO
Fran el 19-10-2010, 17:29 (UTC) | |
EL CANTO
Se conceptuará doble todo canto empezado o rematado en chía o rechío. Los no terminados así, serán catalogados como llamadas. Ejemplo:
Dobles
Bilin bilin cas cas chío
Bilin bilin bilin rechío
TIbel tibel bel bel chio
Tibel tibel tibel rechío
Papachin papachin col col chío
Tribi tribi tribi cas cas rechío
Tribilin tribilin val val chío
Boli boli boli rechío
Bolin bolin bolin chío
Chival chival chival val rechío
Chivelé chivelé cus cus rechío
Bilin belé belé belé rechío
Bil bil cas cas chío
Tobolín tobolín tobolín rechío
Chip chip val val chío
Llamadas
Chi chi chichi chichi
Pi pipli pipli pipli
Pople pople pople
Bilin bilin cas cas
Tibel tibel tibel Papachin papachin col col
Tribi tribi tribi cos cos
Tribilin tribilin val val
Boli boli boli Bolin bolin bolin
Chivelé chivelé cus cus
Bilin bilin bilin belé
Cas cas cas cas
Chival chival val val
Chip chip chip val val
Tenga presente el aficionado que los remates, terminaciones o descansos de estas aves canoras, que tanta valoración tienen y tanto agradan al pajarista, están catalogados musicalmente por los entendidos en la materia en dos fases: rechío grueso y rechío delgado. El primero es el agudo, que suena con más fuerza y asiduidad en sus cantos dominantes, y con frecuencia en su terminación; el segundo, que es el grave o delgado, lo entonan cuando enlazan las cantadas.
Por eso, muchas veces se oye decir a los buenos aficionados: «Tengo un pájaro de buenas notas, dobles enlazados, bien terminados, o rematados en rechío.» y se enorgullecen de tener un buen pájaro después de tantos desvelos y sacrificios. No es para menos, si el canto se ejecuta bien y con limpieza; si, por el contrario, se repite, se conceptúa como falta defectuosa.
Estos giros son muy frecuentes en los híbridos de jilguero con canaria (mixtos), que debido a la sangre de la madre tienen modulaciones de su raza. Son muy dóciles, tanto para asimilar sus cantos como para imitar otros. Es aconsejable tenerlos siempre oyendo al maestro, pues de oír cantos diferentes pueden tomar los defectos.
Dobles enlazados
Se denominan dobles enlazados a los giros que al terminar se enlazan con un canto diferente, terminados y rematados en chío o rechío. Los dobles y las llamadas los ejecutan con frecuencia tanto cortos como largos.
Tengo que hacer constar que las crías de estas aves canoras, desde su nacimiento, emiten en sus lloriqueos, llamando a sus padres, unas modulaciones silabeadas que con el tiempo van tomando forma y aclarando hasta conseguir la nota o canto. Esto es muy difícil de apreciar y catalogar si no se ha estudiado minuciosamente su psicología desde el nacimiento y no se es experto en la materia. Ejemplo:
Tip tip tip
pip pip pip
chip chipchip val
chip chipval val
chival chival val val
pipli pipli pie
pep pep peplé
poplí poplí
Agarre, riña o sierra
La primera se conceptúa como falta leve, pues es dificilísimo que no la tengan los pájaros cantores. Se emite en el cambio o enlace de cantos, ya que debido a su rápida modulación se embarullan o entorpecen, y con el tiempo la adquieren definitivamente. No así la riña o sierra, que la emiten de entrada y entre sus cantadas con asiduidad los pájaros resabiados al encontrarse encerrados en sus prisiones. Buscan constantemente la pelea y son muy propensos a la desconfianza, pero son muy cantores por lo general y muy apreciados por los silvestristas como reclamos para el campo.
Estas aves están divididas en tres modalidades: maestro, apto para concursos y bueno como reclamo.
Los pájaros maestros por excelencia.
Dentro de su especie como cantores, deben ser seleccionados rápidamente con el fin de que puedan enseñar a los demás parte o todas sus cantadas. Por lo regular no son aptos más que para la enseñanza, lo cual hacen a la perfección dadas las cualidades que poseen, pero no hay que caer en el error de pensar que el que es bueno debe serio en todas las especialidades. Yo particularmente me inclino por esta clase de pájaros, pero hace falta ser un buen pajarista experto, observador y conocer a fondo todas y cuantas cualidades y aptitudes posee cada pájaro, para asignar el cometido más apropiado a sus características.
Floreos y engaños ocultos
Estos adornos tan brillantes y llamativos que modulan con mucha frecuencia estas aves canoras, generalmente al empezar el canto, dan a entender de una manera muy especial una forma de saludo y un querer advertir de su presencia con sus quejidos o floreos. Esto que todas las diversas especies de aves hacen, en un ave tan pequeña como el jilguero, con su espléndido colorido, su esbeltez de plumaje y con la arrogancia simultánea de sus movimientos y adornos, es un verdadero despliegue de belleza si los floreos se realizan timbrados y limpios y enriquecen muchísimo su canto a la hora de valorarlo.
No ocurre lo mismo si éstos son apagados o de modulación mal sonante. Ahora bien, no hay que confundirlos y despreciar las grandes cualidades que presentan cuando se emiten como he indicado antes.
Picuhn Colio Colio
Pirilín Chipiculio
Chivilín Chivilín Culio
Tirulín Tirulín
Tribilín Tribilín Colio
Pirulín Pirulín Culio
Culio Culio Culio
Chipiculio Chipiculio
Pájaros de reclamo
Después de hacer una minuciosa clasificación se dejan para estos fines los pájaros más cantores, descarados y bulliciosos, que arrastran muchísimas faltas en sus cantadas y que son desechados por el buen pajarista para la perfección del canto; pero muy valiosos para los pajaristas que se proponen cazar. | | |
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MUTACIONES DEL JILGUERO
Fran el 19-10-2010, 17:13 (UTC) | | Mutación Bruna.
- La melanina negra esta reemplazada por una melanina bruna oscura, es una de las mutaciones mas bellas ya que el jilguero de Europa y de la Islas Británicas tienen ya bruno de por si, la mascara es menos roja en la base y menos negra en la cabeza. Esta mutación es ligada al sexo
Mutación ágata.
- La reducción del negro es mas ligera marcando el dibujo ágata y el bruno prácticamente no existe.
Mutación Isabela.
- Esta conseguida por cruce entre el bruno y el ágata, la dilución del bruno en el dorso es mas clara, los ojos son rojizos, esta mutación es ligada al sexo.
Mutación pastel.
- Puede tener una reducción de la melanina entre un 20 y un 80% Por esta pasterización aparece un gris oscuro o un gris mas ligero. Los jilgueros brunos pasteles o brunos a gatas no se ven a primera vista. Esta mutación es ligada al sexo.
Mutación satine.
- En este ejemplar desaparece todo indicio de melanina, puede tener un ligero viso bruno, pero el negro ha desaparecido totalmente, la presentación es sin manchas ni tachaduras en el plumaje, el amarillo de las alas esta intacto y la mascara puede tener un tinte mas ligero, los ojos son rojos y se puede observar en el sub-plumón un poco de gris. Esta mutación es ligada al sexo.
Mutación amarilla.
- Capturada en Yugoslavia, criada en Alemania y ahora repartida por toda Europa. Todo el color blanco esta cambiado al amarillo salvo en la región anal, la mascara roja se extiende sobre la nuca, las mejillas y la garganta, todo el pájaro esta bañado en amarillo, se cita como un fenómeno eritrodermico, el plumaje es corto y el aspecto pequeño, la mutación es dominante sobre los colores naturales.
Mutación pintado.
- Este nombre se le da en los Países Bajos, es el jilguero con la garganta blanca, en España, y más en el Sur se denomina barbachio, (Tiene la barba blanca) este individuo se caracteriza por tener manchas o ralladuras que parten el plumaje original, la transmisión es imprevisible, pues se pueden obtener ejemplares con diversas clases de manchas. Esta mutación es dominante.
Mutación opal.
- Al frenarse la mecanización que afecta a la melanina negra, la cual es menos abundante y se va degradando en gris. La melanina bruna esta muy diluida, en las grandes plumas la parte superior son claras y negras en la inferior. La mutación es autonómica y recesiva.
Mutación perlada.
- Las remiges y las rectrices poseen barras horizontales negras y grises, posiblemente esta mutación proviene del pequeño jilguero español y es autosómica y recesiva.
Mutación de cabeza blanca.
- Esta mutación reseña a primera vista la cabeza gris de los jilgueros caniceps, el bozo es blanco, sin melaninas, el negro del pecho ha desaparecido y no tiene mas que un reflejo gris que se reparte hacia las mejillas que normalmente son blancas, el bruno del pecho y del manto ha desaparecido pero en este muestra ralladuras negras, las manchas amarillas si se encuentran, así como el amarillo alar que se expande hacia las pequeñas sus-alares, del mismo modo las remiges y las rectrices son negras. La mascara muestra un rojo muy ligero. Esta mutación es autonómica y recesiva.
Mutación blanca.
- Se cree que este sujeto es el producto del cruzamiento de dos sujetos pintados. Este pájaro es totalmente blanco, mostrando la careta roja, el amarillo de las alas es totalmente visible, así como algunas manchas amarillas sobre el pecho.
En algunos ejemplares machos el amarillo del pecho puede acusar el factor mosaico como en los canarios. El blanco es dominante, pero en la mutación blanca de ojos negros es autonómica y recesiva.
Mutación albina.
- Sin melaninas, con la mascara roja y los espejos alares amarillos, una mancha amarilla sobre el pecho y los ojos son rojos, es muy difícil la diferencia entre macho y hembra. Esta mutación es autosómica y recesiva.
Mutación phaeo.
- Esta mutación comprende una ausencia total de eumelanina, solamente la feomelanina queda. Esta mutación es autosómica y recesiva y esta aún en estudio.
Mutación eumo.
- Es muy rara y se parece al jilguero agata, pero este es mas bruno ya que muestra el manto y el pecho un color bruno-veis. Esta mutación es autosómica y recesiva.
Mutación blanca con mascara naranja.
- Es una mutación muy parecida a la albina, pero la diferencia es en la mascara y cola. En este ejemplar en el cual ambos sexos son iguales, la mascara es de color naranja y no llega a la base del pico y la garganta es blanca. En el pecho hay algunas plumas amarillas y la banda alar es amarilla, al igual que las coberteras primarias. En la cola que es totalmente blanca hay un ribete amarillo. El comportamiento hereditario es libre.
Jilguero negro.
- Mutación o aberración. El jilguero negro se puede dar por varios factores, pero ninguno que sepa genetico, se puede dar por una enfermedad hepática (degeneración grasa del hígado, aumento de la ferrotina en sangre, que es el aumento del hierro llamado también hemosiderosis, hipermelanismo total). Los sujetos que se comportan así, tienen la perdida del lipocromo (salvo en la orilla Externa de las plumas de vuelo de las alas, que continuan amarillas), en detrimento del color negro que las caracteriza.
La supervivencia de este color esta sujeta a varios factores:
Que se cure de su enfermedad, con lo cual el individuo volvera a mudar en su color ancestral, (casos de hibridos enjuiciados y relatados en la revista pájaros).
Que sea un mecanismo total, es decir, que sufra una hipermelanemia y tinte las plumas de negro por aumento de melanocitos. Que el individuo muera con lo cual la mutación o aberración muere con él.
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NUESTRO AMIGO EL JILGUERO
Fran el 19-10-2010, 16:35 (UTC) | |
Nombre Científico: Carduelis carduelis
Orden: Passeriformes
Familia: Fringillidae
No es necesario extenderse mucho en la descripción del plumaje del Jilguero, Carduelis carduelis. Esta especie es sobradamente conocida por todos, ornitólogos y aficionados a la Naturaleza. Si algún pájaro es apreciado, éste ocupará los primeros lugares. La espalda y los flancos son castaños, color que en tonos variables y más próximos al beige se extienden al pecho. La máscara roja que ocupa toda la cara desde la frente hasta la parte superior de la garganta es un rasgo inconfundible. Alrededor del pico hay una línea negra y el mismo color tienen la cabeza y nuca. El centro del pecho y el vientre son blancos. Las alas negras tienen una buena proporción de amarillo, excepto la segunda primaria, que carece de él, y hay en las puntas de las primarias y secundarias unas pequeñas manchas blancas muy visibles. La cola está ligeramente ahorquillada o escotada, es de color negro y las rectrices tienen las puntas blanquecinas. En la pareja exterior de cada lado hay una mancha blanca ovalada grande, que puede tener el mismo tamaño en la tercera rectriz, contando de fuera a dentro. Normalmente ésta tiene sólo una pequeña mancha que aveces es imperceptible. Este plumaje es adquirido por muda completa en agosto-septiembre. La distinción entre machos y hembras no es difícil cuando tienen el plumaje completo. El color rojo de la cara en los machos pasa casi siempre por detrás de los ojos, pero no en las hembras, en las que queda al mismo nivel del borde posterior y más a menudo no llega a él. También puede ser distintivo, más difícilmente apreciable, el color negro en los machos adultos de las cerdas que nacen sobre la base de la mandíbula superior o «bigotes», como los denominan los pajareros y que en las hembras son grises. Sin embargo, éste no es muy buen distintivo, puesto que algunos machos, no pocos, en su primer año de vida pueden tener cerdas de color gris o negro poco intenso, lo que origina confusión. Además, sucede que algunas hembras también las tienen gris negruzcas. Las hembras en su primer año de vida tienen «bigotes» siempre gris claro, nunca negruzcos. También otra distinción todavía más insegura puede ser el color de los hombros. Los machos adultos tienen el vértice flexor negro o negruzco y las hembras generalmente pardo, moteado en las jóvenes y también en algunos machos. Igualmente en machos adultos el color negro de la cabeza es más extenso y oscuro, sin el punteado pardo grisáceo que a menudo se observa en muchas hembras adultas. El pico de los jilgueros adultos es cónico, pero largo y puntiagudo, y tiene color blanco rosado con punta oscura; los tarsos y los pies son de color carne y el iris de los ojos, pardo oscuro.
Los jóvenes antes de la muda tienen las partes superiores pardo grisáceas con puntos más oscuros y también rayas. Las partes inferiores, mentón, garganta, pecho y flancos son pardo blancuzcos. Las alas y la cola son como las de los adultos, pero hay en las puntas unas manchitas beige. En la cabeza carecen completamente del color rojo y negro.
Durante la época de la reproducción frecuenta campiña arbolada, huertos de frutales, parques, jardines, bosques e incluso el interior de ciudades y pueblos. También campo abierto, pero menos frecuente como nidificante. A partir de agosto los bandos se reúnen en terrenos despejados, monte bajo, rastrojeras, cultivos y en zonas abiertas, siempre buscando las cercanías de riachuelos, charcas y marismas. Normalmente viven en parejas solamente durante la cría, y aun así no es infrecuente ver varias juntas en vuelo formando pequeños grupos. Los jóvenes se agrupan inmediatamente que son capaces de defenderse, comiendo con independencia de los padres. Así, el Jilguero es durante gran parte del año una especie gregaria, y los bandos pueden estar formados por centenares de individuos. Habitualmente come en el suelo y sobre las plantas parásitas o los arbustos. En estos últimos adopta posturas acrobáticas, y se vale de su afilado pico para extraer las semillas, sobre todo de los cardos y otras plantas compuestas. En el suelo camina a saltos y se desenvuelve bien, manteniéndose en postura bastante erguida y llevando la cola bien pegada al suelo. En los árboles y arbustos prefiere posaderos altos. Si lo hace en una caña baja, pronto se lanza al suelo. Vuela con rapidez y potencia. En vuelos cortos recuerda una mariposa y más bien revolotea. Pero en distancias grandes lo hace de forma tan ondulada que se ha dado en llamar «vuelo danzante». En él los jilgueros no son silenciosos, y su voz musical los identifica en seguida, aunque no seamos capaces de distinguir el color del plumaje.
Describir el agradable y musical canto del Jilguero es empresa difícil e inútil, puesto que es un pájaro tan popular y apreciado que pocas son las personas que no lo han observado de cerca alguna vez. La combinación de notas musicales y gorjeos, junto con silbidos melodiosos y alguna nota raspante que no todos intercalan, es sonido habitual en la campiña Ibérica. Su voz más conocida, un ¡tsuit-ui-ui! o ¡tliu-ii!, es una habitual forma de llamada del macho a la hembra, o al revés.
Durante el tiempo de la reproducción y aun antes, a la vez que lanzan este agradable sonido, giran a derecha e izquierda el cuerpo o simplemente la cola. Si los jilgueros se muestran agresivos entre ellos, emiten continuamente un sonido gutural regañante que se puede representar malamente por ¡gerrr...!
Los jilgueros comienzan a cantar, si el tiempo es soleado, en el mes de febrero. A menudo, a primeros de mes, pero más corrientemente desde el 15 en adelante. Canto en enero es ocasional. Con mayor fuerza lo hacen durante toda la primavera, y solamente quedan silenciosos en agosto y septiembre. Octubre contempla una reactivación en el canto, que cesa en noviembre y diciembre. Aun así, con tiempo excepcionalmente cálido, lo hacen a menudo.
La alimentación es fundamentalmente vegetal, pero también incluye una pequeña parte de insectos. De todas las plantas, los cardos son los favoritos y los campos donde crecen pueden concentrar centenares de pájaros. Pero también comen otras muchas semillas y brotes de plantas y árboles. Están especializados por la estructura de su pico en comer las de plantas de la familia Compositae, especialmente los cardos, como ya se ha dicho (Carduus y Cirsium), pero también el Diente de León, Taraxacum officinale, el Cardillo, Senecio vulgaris, y otras plantas (Centauria, Dipsacus, Filipendula ulmaria, Stellaria, etc.). Los brotes y yemas de los árboles que picotea y come más son los del Olmo, Ulmus, Abedul, Betula, Aliso, Alnus, etc. Estos, al final del invierno, y las plantas y semillas en todas las épocas. Entre los insectos dominan sobre todo larvas de Lepidóptera, Diptera, Hymenóptera y pequeños Coleóptera. La búsqueda de alimento obliga a los jilgueros a viajar distancias considerables en un solo día. Otras veces un campo de rastrojo los entretiene allí durante muchas horas. La necesidad de beber y bañarse es perentoria en ellos, y a no ser en épocas de excesivo calor, normalmente lo hacen por la mañana y al atardecer.
El cortejo de los machos es un espectáculo no difícil de observar. El Jilguero es un pájaro de carácter agresivo y fácilmente irritable. Las peleas entre los machos, e incluso entre macho y hembra, son frecuentes, y se realizan en pleno vuelo de forma realmente espectacular y acompañadas de su típica voz regañante. En marzo los machos que ya están emparejados se acercan al posadero de la hembra y adoptan una curiosa postura, abombando el lomo y girando a derecha e izquierda mientras estienden ora un ala ora la otra, probablemente tratando de que el color amarillo de las plumas se destaque aún más y extendiendo la cola para que las «alubias» blancas de las rectrices sean también visibles. Las hembras no son seres pasivos ante estas demostraciones de los machos, síno que colaboran a ellas de forma muy curiosa, girando el cuerpo a un lado y a otro. El cortejo incluye, además, que los machos ceben a las hembras, mientras éstas, agachadas, entreabren las alas, que sufren un temblor muy acusado.
La nidificación puede empezar en abril y ocasionalmente en marzo. En la última semana de abril se han visto muchas veces ya pollos volanderos. Sin embargo, como norma general, la mayoría de las parejas comienzan a construir en Iberia el nido entre el, 10 y el 30 de abril. En zonas especialmente abrigadas del Norte y del Sur, hay muchas puestas completas, y las hembras incubando en abril. Cada nido es una obra de arte que la hembra se esmera en hacer de forma impecable, y que abandona si nota que ha sido manipulado, aunque sea sólo ligeramente. Está formado normalmente por una compacta masa de musgo, raicillas, hierba seca, líquenes, lana y plumón vegetal, forrado en su interior con más lana y algunos pelos y plumas. Colocado en la rama lateral de un árbol o un arbusto, las alturas del suelo varian entre 1,8 y 10 metros. Ocasionalmente, más bajos, y también a mayor altura. Pero casi siempre entre dos y tres metros. El nido es tan pequeño que, con frecuencia, es difícil de encontrar, a no ser por la alarma de los pájaros cuando nos acercamos. El retraso en su construcción es debido muchas veces a que los jilgueros buscan poder ocultarlo bien entre las hojas y, en realidad, que casi siempre lo consiguen. Los árboles frutales, perales sobre todo, y los emparrados, son preferidos. También las coníferas, y en jardines donde hay alguno de estos árboles, sobre todo Cupressus, no falta un nido o dos en ellos. En pueblos y ciudades son habituales en jardines, anidando en plantas exóticas. Incluso en algunos pueblos del Norte se ven criar todos los años en matas de geranios en balcones que caen sobre calles de intenso tráfico. También en plantas trepadoras olorosas, árboles de adorno, etc.
La puesta normal está formada por cuatro-cinco huevos. A menudo las hay de tres y seis, y son muy raras las de siete. Su color es blanco azulado y habitualmente tienen puntos y manchitas de color que varía desde el negruzco al violáceo o el rosa. A menudo se agrupan en el extremo más ancho, y también hay huevos muy poco moteados, casi blanco azulados uniformes. Jourdain, para cien huevos colectados en Gran Bretaña, obtuvo un promedio de medidas de 17 x 12,8 mm., con un máximo de 19 x 13,5 mm. y un mínimo de 15,5 x 12,2 mm. D'AImeida, para once recogidos en el norte de Portugal, obtuvo una media de 16,6 x 12,4 mm., con extremos de 16 a 17,1 x 11,4 a 12,9 mm. Son lisos y brillantes, y la hembra incuba sola a partir de la puesta del tercer huevo. Si se la molesta, los abandona muy fácilmente. Muchos nidos de jilgueros se pierden en primeras puestas a causa de la falta de una suficiente cobertura vegetal y fuertes lluvias, no infrecuentes en abril, destrozan los nidos y enfrían las puestas. Las hembras son alimentadas en el nido por los machos, y durante doce-catorce días incuban sin apenas moverse. Al nacer, los pollos están cubiertos parcialmente con un plumón gris negruzco, relativamente largo y espeso. El interior de la boca es rojizo y se vuelve violáceo en el paladar. Los ángulos posteriores de la lengua son más pálidos, pero no se forman puntos bien definidos. Las comisuras son de color crema.
Ambos adultos alimentan a los pollos con una mezcla de semillas e insectos, más aquéllas que éstos. Durante trece-dieciséis días permanecen en el nido, y al salir continúan siendo atendidos por sus padres por lo menos por otra semana más. Agrupados en pequeños bandos familiares, ocasionalmente los adultos ceban a los jóvenes aun después de muchos días de haber dejado el nido. Cada pareja realiza un mínimo de dos crías anuales y tres son frecuentes también. Los pollos que se ven volanderos en agosto, y alguna vez en la primera semana de septiembre, deben corresponder a terceras puestas.
Carduelis carduelis es una especie ampliamente extendida por Europa, criando desde el sur de Escandinavia hasta el norte de Africa. A causa de su popularidad fue introducido en Australia, Tasmania, Nueva Zelanda, Argentina, Bermudas y Norteamérica, incrementándose de tal manera que es ahora allí un pájaro común en los jardines, salvo en el último país, donde puede haber llegado a quedar extinguido. En la Península Ibérica es un pájaro muy abundante. Se reproduce también en Baleares, donde es común y hay una mayor densidad en algunas zonas. Se aprecia claramente un decrecimiento en varias regiones, como, por ejemplo, en el País Vasco. No quiero decir que las continuas capturas para enjaular tengan la culpa de esta situación, porque jilgueros se han cogido siempre, y en mucha mayor proporción que ahora. Hay otras causas, como el creciente uso de herbicidas en los campos, que pueden ser origen de descenso en las poblaciones. Tribus enteras dejilgueros con canto, que los aficionados distinguían bien por sus peculiares emisiones de notas y redobles, han quedado exterminadas.
El Jilguero que vive y se reproduce en Iberia es más pequeño de proporciones que el del resto de Europa, que vemos aquí en otoño e invierno. A estos últimos se les llama «cabezones», en atención a lo grande que tienen cabeza y pico. Además, su coloración es distinta. El rojo es más vivo, no tan oscuro, y hay mayor contraste con el blanco y el negro de la cara y cabeza. Incluso en el carácter, el Jilguero europeo es más agresivo y canta peor. Su voz es menos líquida y musical, y «rasca» más veces. Algunos jilgueros tienen las manchas blancas de las rectrices de la cola muy grandes. Incluso estas «alubias» están presentes en las tres rectrices exteriores de cada lado, no sólo en las dos últimas. Estos pájaros son conocidos como «jilgueros reales» por muchos pajareros europeos, que tratan de buscarlos por todos los medios, por tener un canto más fluido y musical.
Carduelis carduelis parva es la raza que Vaurie (1959) asigna para la Península Ibérica y Baleares, no admitiendo la subespecie propeparva, de Von Jordans (1923) para Mallorca. Nuestra raza se separa principalmente por las características que se apuntan arriba. Es más pequeña que la europea Carduelis carduelis, y tiene un pico más corto y fino, pareciéndose en el color de la espalda más a la subespecie carduelis britannica, por ser más oscura y menos rojiza.
Los jilgueros españoles están sujetos a partir de agosto a un erratismo invernal que los puede llevar lejos de su lugar de nacimiento, por lo que sabemos hasta ahora. Así, los que nacen en Asturias tienen un área de dispersión superior a la calculada.
A partir de octubre son ingentes las cantidades de los que llegan de más allá de los Pirineos. Prácticamente la gran mayoría de los jilgueros británicos abandonan aquellas islas y siguiendo el litoral Atlántico de Francia y sobrevolando las Landas, llegan a Iberia. De las recuperaciones de anillados (Newton, 1972) se deduce que hay una concentración grande en la zona Cantábrica y la Rioja, pero también muchos alcanzan el centro de España, e incluso el sur de Andalucía y norte de Africa. Sin embargo, su principal área de invernada queda en las dos terceras partes del occidente peninsular, faltando o siendo muy escasos en Cataluña y Levante, donde posiblemente es reemplazada la raza britannica por la carduelis del resto de Europa. La presencia de estos jilgueros foráneos durante el invierno se observa fácilmente. Su colorido, estructura de la cabeza y mayor tamaño general los hace inconfundibles.
El paso primaveral es muy notorio por toda la Península a partir del mes de marzo, y se extiende durante abril y los primeros días de mayo. No obstante, hay lugares donde la concentración de jilgueros en paso es muy notable. Así, en el País Vasco se ven a millares volando sobre los campos muy cerca de la costa, y también siguiendo el litoral por encima del mar. El paso es constante en lugares ya tradicionales en que, por la especial configuración del terreno, los pájaros vuelan a baja altura y con fuerte viento del Sur se ven obligados a vuelos rasantes por entre los matorrales y la misma hierba. Lo mismo en la costa Mediterránea que en la Cantábrica, los bandos de jilgueros volando rápidamente hacia el Norte en el mes de abril son un espectáculo inolvidable. En algunas zonas norteñas, el paisaje ha sido transformado por la industrialización y las autopistas, pero los jilgueros siguen pasando en gran número. Vuelan en grupos de diez-cincuenta individuos, y ocasionalmente más. Algunos se ven dispersos, y el paso no se interrumpe en todo el día, aunque hay un máximo en las primeras horas de la mañana hasta las ocho (hora solar) y también en las últimas de la tarde.
En el otoño la llegada es menos espectacular, pero no inferior en densidad, casi por los mismos lugares, notándose una tendencia a volar menos por la línea costera, buscando más directamente el interior. Entonces los jilgueros se estacionan por campos y rastrojeras, comiendo numerosas semillas silvestres, cardos y cardillos. Muchos millones deben invernar en los campos andaluces y castellanos. El vuelo hacia Africa a través del Estrecho de Gibraltar es un hecho notorio que atestiguan, entre otros ornitólogos, Thiollay y Perthuis (1975), quienes desde solamente dos puestos de observación, del 1 al 20 de octubre controlan el paso de 1.739 jilgueros. Pineau y Giraud-Audine (1976) consideran a Carduelis carduelis, junto con Acanthis cannabina, como el fringílido invernante más común en el norte de Marruecos. Las recuperaciones de anillados procedentes de la mayoría de los países europeos se suceden todos los otoños e inviernos, y no puede por ello hacerse aquí ni siquiera un corto resumen.
CURIOSIDADES
Su nombre científico, Carduelis carduelis, hace referencia a su afición por las semillas de cardos, sobre los que se posa con maestría para ir extrayéndolas una a una y descascarillándolas, sobre la propia inflorescencia. Posados en la 'cabeza' de la planta, su afilado pico les sirve para buscarlas, sin temor a sufrir daños a causa de las delgadas espinas que la protegen.
Es una especie muy usada en el simbolismo religioso, apareciendo en numerosos cuadros de escenas bíblicas.
El jilguero mas grande que hay en talla es el major con 17 cm.
El cimbel que suelen utilizar los silvestristas en la caza con red casi siempre es una hembra.
Una de sus semillas preferidas del jilguero es el cardo.
Al jilguero se les enseña a tirar desde su jaula de una cuerdecilla a modo de polea , donde en la punta tiene un pequeño dedal con agua , para su consumo y de otra cuerda tira de un pequeño carrito en el cual contiene comida para su alimentacion. Tira de la cuerda con el pico pone una de las patas , vuelve a tirar con el pico, pone otra vez la pata , asi hasta que el dedal llega arriba.
Muchas de las notas del jilguero han sido enseñadas por aficionados como las notas de campanilla , golpeando con un cristal ,cascabeleos , floreos etc. asi hasta los codigos de canto de nuestros dias .
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